sábado, 23 de marzo de 2013

PRÀCTICA 5: EL DAURAT

Els dies 12 i 19 de Març 2013 hem treballat els procediments i tècniques del daurat. Per realitzar la pràctica hem necessitat:

 SUPORT

-Fusta Preparada

MATERIALS
- Cola de cua de conill (preparada per poder-la aplicar a la fusta)
- Pa d'or
- Aigua neta
- Un pinzell pla i gran (sec i net)
- Un pinzell més petit, de punta rodona (per poder precisar)


Com que la pràctica del daurat és molt complexa, us deixo aquí un fragment d'un article de conservació i restauració dels materials on explica clarament com s'ha de fer:



"La enyesada: Uno de los factores que influye de manera decisiva en la obtención de la buena calidad del dorado es el temple de la templa que se utilice, es decir, el poder que tenga para cohesionar. Parte de esta templa caliente se mezclará con el yeso de pintor o yeso mate, en un recipiente apropiado, procurando obtener un líquido con una consistencia similar a la leche, o sea que contenga poco yeso, y con ello se dará la primera mano a toda la superficie(...). Una vez seca esta capa, pueden taparse las imperfecciones con masilla hecha con la misma cola y yeso, y seguidamente eliminar las irregularidades superficiales con lija. Con esta misma cola y añadiendo más cantidad de yeso se formará una pasta más espesa, similar al yogourt, o quizás algo más diluida y con ella se darán cuatro, cinco, seis, o las capas que se estimen necesarias, calentándola en cada capa procurando que queden bien extendidas, lisas y que no tapen los detalles de las ornamentaciones, si las hay. El número de capas a aplicar dependerá de la consistencia del yeso utilizado, de la rugosidad que pueda tener la madera y del trabajo que se tenga que realizar en el propio yeso (estufados, vaciados de campo etc..) o sobre el dorado (cincelados, estofados, etc..) pero en cualquier caso deberá tener como mínimo un milímetro de espesor, de lo contrario el bruñido no se realiza con comodidad y pueden evidenciarse las fibras de la madera por diferente intensidad de brillo, o incluso puede ocurrir que el oro se desgaste al bruñir y se pierda.

El embolado: Esta preparación, que hay que aplicar encima de la enyesada, es la más delicada, ya que de ella depende en gran manera la calidad del bruñido. Por ello, su manipulación debe ser muy meticulosa y pulcra. La exactitud en la fuerza del temple es capital para realizar un buen acabado, y para que el pan se adhiera bien y se pueda bruñir con facilidad. (...) La preparación y aplicación es la siguiente: la cola que se utilizó para la enyesada, se diluye a algo más que a la mitad, por ejemplo: en un volumen de cola, añadir un volumen y cuarto o un volumen y medio de agua. Esto depende de la dureza de la enyesada, de la calidad del bol, de la fuerza de la cola y del ambiente atmosférico. (...) La primera capa debe ser de bol amarillo, con lo cual tan solo se tiñe la templa. Una vez está seca, se dará otra mano del mismo bol, pero algo más consistente, lo que se obtiene añadiendo un poco más de bol. Encima y utilizando un pincel de pelo fino, pueden darse dos, tres o cuatro capas de bol rojo, empleando la misma templa. Cada capa debe ser más espesa que la anterior, cuidando siempre que sea lo suficiente líquida para que no queden patentes los surcos que a veces producen las cerdas del pincel y que no queden charcos, ya que todo ello queda visible en el dorado. (...)En los trabajos de decoración con oro fino se conjugue el efecto del bruñido con el mate. En estos casos, las zonas que han de quedar mates se dejan emboladas con amarillo, reservando el bol rojo tan solo en aquellas áreas que han de bruñirse. De esta forma, si en el mate, que es más delicado, queda algún pequeño resquicio sin oro, la transparencia del amarillo lo disimula; en cambio, el bol rojo da más brillo al bruñir y una transparencia más cálida al metal. Momentos antes de realizar el dorado, es conveniente frotar la superficie embolada con un estropajo, con el fin de eliminar los pequeños granos y el polvo y conseguir una superficie bien lisa y ya algo brillante.

La aplicación del oro: Una vez secas las capas de bol puede procederse al dorado. (...)Nos serviremos de cinco herramientas que permiten manipular el pan de oro sin tocarlo con los dedos en ningún momento, ni bajo ningún pretexto, ya que no resiste el más leve roce ni la más ligera humedad. (...)Para asentar el oro hay que hacerlo con agua abundante. Se procurará pues, que en todo momento las herramientas que se utilicen estén completamente secas y nunca se tocará la hoja del cuchillo con la mano, pues el menor residuo de grasa es suficiente para que el pan se pegue a él. La primera operación a realizar para proceder al dorado es cargar el pomazón con los panes de oro que se precisen, sacándolos del librillo y echándolos dentro de élprocurando que no se amontonen exageradamente, aunque si están unos encima de otros no se estropean ni se pegan entre ellos.Con la ayuda del cuchillo, que se mantendrá en todo momento completamente seco. (...)Se extiende una hoja de oro de la parte más externa del pomazón, y soplando ligeramente en el centro de ella termina de extenderse y aplanarse completamente en la gamuza. Con el mismo cuchillo se cortará en pedazos del tamaño idóneo a las superficies donde tenga que aplicarse . Con la polonesa, que previamente se pasará por la mejilla para que se engrase muy ligeramente, se tomará por uno de sus extremos, uno de los pedazos de oro cortado. A continuación se deposita el cuchillo y la polonesa con su pan de oro cogido en la mano izquierda que lo sostendrá junto con el pomazón mientras que con la derecha, con el pincel de mojar, se moja bien la superficie donde se vaya a asentar el pan de oro, procurando extenderse más allá de lo que realmente cubrirá el oro. Rápidamente y antes de que el bol absorba el agua, se tira el pan que se tiene preparado en la polonesa, y con el pincel de aplacar, se presiona ligeramente para que la adhesión sea perfecta. Si la pieza que se tiene que dorar tiene rincones, se empieza por las zonas más profundas, reservando para el final las más sobresalientes y siempre empezando por la parte superior izquierda para ir descendiendo. Así, pedazo a pedazo, colocados uno al lado de otro, mojando la superficie con abundancia para cada trozo de oro que se tire y procurando que el agua no corra por encima de él y no se encharque, se va completando toda la superficie.

El bruñido: Se realiza con la ayuda del bruñidor y cuando la superficie dorada adquiere el punto de seco preciso. Si está demasiado húmedo se arranca el oro y si está demasiado seco, el bruñidor raspa, con lo que el oro se roza y transparenta el bol. El punto idóneo se halla cuando está completamente seco, pero conserva aún un ligero residuo de humedad. (...) La operación es muy sencilla, basta frotar con el bruñidor y con la fuerza precisa, la superficie dorada, dando a la herramienta un movimiento de vaivén, procurando que en ningún caso se toque el oro con la mano, ya que ello lo destruiría. La presión se realiza con la mano derecha, mientras que con la izquierda se dirige el recorrido de la herramienta. Las superficies que no sean tratadas con el bruñidor quedarán mates, en cuyo caso habrá que protegerlas con una ligera capa de barniz. (...)"


Aquí teniu algunes  de les imatges de la pràctica que vam fer a classe. A la UB no tenim gaires recursos, i vam haver de tocar amb la grassa dels nostres dits el pa d'or sense les "cinco herramientas que permiten manipular el pan de oro sin tocarlo con los dedos". 












Aquest vídeo mostra a un mestre del daurat en plena acció.






                                       I ara, els comentaris!


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